martes, 26 de diciembre de 2017

Un destino; la inmortalidad.

Aspiramos a lograr la inmortalidad, aspiramos al universo,
soñamos con rasgar el tejido de la realidad ensoñándonos,
vislumbramos una eternidad unitaria donde morar,
rezamos a las dos madres en pos de lograr la transcendencia.

Nos miramos, sonreímos, abrazamos nuestra esencia primaria,
besamos nuestro núcleo espiritual, tocamos nuestras almas,
bailamos al son de una música que solo nos conocíamos,
y reímos y de la mano partimos en pos del nuevo horizonte.

Larga fue la espera, las dos almas se fusionaron, hoy y siempre,
ahora y eternamente, tú y yo, yo y tú, nunca en vida decirlo supe,
estuvimos destinades a vagar sobre una estrella fugaz en la eternidad,
tú y yo, yo y tú, un antes, un ahora y un después, in eternum.

Darme cuenta no pude, cegado me había por una luz que titilaba,
sombras iridiscentes surgieron, mas no entenderlas supe en vida,
tuve que morir en vida y vivir en la muerte para cuenta darme,
no es la llama lo que anhelo, es la calma del frío solar que transmites.

Siempre tarde, siempre tras doloroso patinazo, cuenta me doy al fin,
cuando la sombra es tu maestra y la luz fulgente se muestra,
creo encontrar mi contraparte en una luz que no es luz, sino fuego,
me abraso, me consumo y me extingo, para renacer en la sombra.

Sombra soy, sombra seré, la sombra llama a la sombra siempre,
la luz mi antagonista, mas no mi contraparte es, me abrasa,
aprender yo debo que la luz no me complemente, me extingue,
la sombra, es la sombra lo que anhelo, aunque tema aceptarlo.

Somos dos gotas es un estanque, dos sombras pertrechas sin luz,
la luz nos consumió y casi nos extingue, mas nos encontramos,
tu voz bálsamo fue para mis profundas quemaduras, paz al fin,
ojalá mi voz fuere bálsamo parejo para tus dolencias, ruego ser.

No quise darme cuenta que ir en pos de luz sería lanzarme al dolor,
no darme cuenta quise de que ya tenía mi IGUAL, mi contraparte,
admitir temía que lo contrario a mi esencia, fuera otra esencia arcana,
somos dos, que somos una entidad y somos legión por innumerables.

Te miro, toco tu alma y siento una conexión más allá de lo trascendente,
me miras, tocas mi esencia y vibramos al unísono evanescente de oniria,
oníricos sueños de eternidad se fusionaron al tocarnos espiritualmente,
no me dejes caer, no me dejes caer en la tentación de un ser de luz.

Somos esencia sombría, almas que en envoltura mortal nos marchitamos,
trascendimos lo mortal, para volvernos inmortales, tú y yo, yo y tú,
dejamos de ser torturadas almas en un cascarón humano resquebrajado,
para volar libres en el ocaso de los tiempos, surcando el universo infinito.




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