domingo, 12 de febrero de 2017

"Cápsula de Memoria"; Culpas y penas.

Hay veces en que sentimos que aunque no hayamos hecho nada, ese no hacer algo es ya hacer algo malo de por si y nos corroe por dentro. No siempre es así, pero cuando pasa, nos destroza por dentro, así que hoy toca una "cápsula de memoria".

Leyendo un hilo en Twitter, me he acordado de un suceso que me marcó y aún a fecha de hoy sigo sintiendo remordimientos, aunque me han dicho por activa y por pasiva que NO es mi culpa, que yo no hice nada malo, el problema es ese precisamente; mi inacción... da igual cuantas personas me lo digan y las veces que me lo repitan, sigo pensando que podría haber cambiado las tornas de el desenlace final si hubiera hecho algo.

Hace como diez años, alguno más si mi memoria no me falla... no, comencemos años atrás. En un periodo en que mi convivencia familiar con mis padres y hermanas era inviable, pasé una temporada con una tía mía, (por respetar su nombre usaré un pseudónimo) Driada. Dríada me acogió cuando no podía seguir malviviendo en constante disputa y beligerancia familiar, me acogió como si fuera su hije, ella tenía 3 hijas, pero 2 ya se habían "vendido al capital" y la habían abandonado en pos de un padre con más dinero que cariño filial, por tanto solo quedaba una viviendo con ella, por lo cual en su casa había espacio para mi, se portó como una madre, aquellos meses, meses en los que pude disfrutar del amor de una madre que no era mi madre sino mi tía, que me hacía sentir queride cuando mi propia madre me mostraba odio y displicencia, sentir el amoroso querer de un familiar y el respeto que nunca sintiera en casa... pero aquella época terminó y volví al cubil infernal que era la morada de mis progenitores, siempre con el grato recuerdo de mi tía y su casa... eso a mis padres no les hizo ni puñetera gracia, que un familiar me hubiera demostrado que yo podía ser respetade y queride...

La siguiente vez que tuve problemas severos con mis padres quise volver con mi tía Driada, pero mis padres se negaron en rotundo, yo no MERECÍA que se me tratase con cariño, ternura y amor, así que solo me quedó terminar en un centro de menores "a modo castigo", si bien no era la amorosa casa de mi tía Driada, no era "mi casa" y por ende respiraba más paz que odio... no obstante, mientras todes les internes fueron con familiares (no necesariamente los padres), en verano... yo no tuve ese derecho, mis padres se aseguraron de sembrar la discordia en la familia y prometieron CASTIGAR de la forma que fuere a familiares que intentasen sacarme aunque fuera un finde del mentado centro, a mi tía Driada le tenían vetado siquiera acercarse, ni sabía dónde estaba el mismo...

Pasó el tiempo y nos fuimos de mi tierra, nos mudamos a tierras más áridas y desde luego menos gratas a mi parecer, no me gustó nunca AQUELLA ciudad y de hecho aunque fue mi mejor época estudiantil debido a mi casi NULA interacción con compañeres de clase FUERA de las clases, es una ciudad que para mi se volvió un sitio de malos recuerdos.
Habiendo vuelto el segundo año de estar con los patines por la calle en la citada ciudad, mi madre me recibió con una "calurosa" y violenta forma, aduciendo que yo era un saco de mierda y esas cosas tan bonitas que dicen algunas madres a su hije menos favorite (o directamente a quien odiaban), total, me dispuse a obedecer sus ladridos antes de seguir sufriendo su "amoroso" repertorio de insultos, entonces llegó a mi vera mi padre y me acusó de algo que yo sabía falso y le tildé de mentiroso (si, le dije que mentía sin cortarme un pelo), entonces y sin mediar más palabra, intentó estrangularme, así tal cual, estrangularme, no supe qué hacer (era mi padre por mucho que lo odiase, era mi padre y no podía agredirle), entonces reuní fuerzas de la flaqueza y del pavor que le tenía y conseguí quitármelo de encima, mi primera reacción fue abalanzarme sobre él y matarlo, no lo hice, me aredré y pasé bajo la mesa en dirección a la salida... los siguientes días no tienen mayor interés para el tema, así que pasaré a que decidí volver a mi tierra, intenté nuevamente ser acogide por mi tía Driada, pero volvió a serme vetado, así que terminé en casa de mi abuela. cuando llegué allí poco tardó la anciana inquisitorial en querer desembarazarse de mí y me hizo ponerme en contacto con el centro de menores a ver si me "hacían un hueco", pero ese se había convertido en un Centro de Retención de inmigrantes o algo así, no lo tengo claro, así que la misma "casa ecuménica" me remitió a uno sito cercano a casa de mi abuela.

Mientras me encontraba en tan poco agraciada situación, por fin pude retomar contacto con mi tía, por entonces ya le habían abandonado todas sus hijas, moraba sola en un nuevo hogar solitaria con una perra juguetona, pero sola al fin y al cabo, el resto de la familia tendía a evitarla, culpándole del abandono por parte de sus hijas, cuando estas se habían "vendido" por unos estudios de alto copete, ya que el padre tenía dinero de sobra (no sin razón se le llamaba Tío Gilito, con símil a Gil McPato) y la madre apenas tenía un sueldo de enfermera... y claro, ella no podía competir contra el derroche económico de su exmarido... yo la sentía sola y triste, pero aún así se mostraba cercana y cariñosa a mí, creo que le hacía bien ver que alguien la necesitaba, alguien a quien pudiera cuidar y que agradeciera sus cuidados, yo le necesitaba tanto como ella a mí, era una relación simbiótica de amor mutuo, sentía calma y sosiego estando a su vera y me llevaba al cine, de pesca, de paseo, siempre que le era posible, llegaba a visitarme algún fin de semana en casa de mi abuela, defendiéndome cuando la señora soltaba algún desvarío ecuménico sobre mi increencia, entonces y tras tal defensa mi abuela comenzaba a llamarla LOCA una y otra vez, mi tía no lo mostraba, pero esa psicofobia la mataba, esos ataques era un clavo en su tumba, uno tras otro... como yo todavía no asociaba algunas cosas por falta de conocimientos, no supe percatarme... pero mi abuela estaba matando poco a poco a mi tía, el abandono de sus hijas la había herido de muerte y el ostracismo al que se sometían el resto de la familia le asaetaban mortalmente, su depresión iba haciéndose más y más grande y yo no supe darme cuenta... o no quise, no lo sé.

Llegó el tiempo en que esto también terminó y debía embarcarme en la vida adulta, labrarme un futuro y como no veía otra salida, accedí a ser militar, como lo había sido mi abuelo (marido de la abuela que aquí mento) y mi tío del sureste peninsular, pasé por una época convulsa, mis padres habían falseado informes médicos sobre la agresión acaecida en este relato, pintándome a mí como une psicópata (mi padre era médico y lo tuvo fácil para falsear un parte de agresiones que NUNCA ocurrió) y casi termino en la cárcel por un delito que no había cometido siendo menor de edad, mientras tanto mi tía Driada era masacrada a insultos de psicofobia por mi abuela cada vez que se "mostraba débil" (cada vez que demostraba estar deprimida, mi abuela en vez de apoyarla, la machaba una y otra vez inmisericorde llamándola loca y débil), yo no sabía eso, pero tampoco intenté contactar con mi tía, yo estaba saturade de mierda, pero sé que ella necesitaba de alguien que se mostrase cariñose con ella, no supe hacerlo y le fallé...

Un par de años más tarde y ya viviendo el sueño de mi abuela de ser yo militar, estando de baja por temas de salud incapacitantes, tuvo a bien llamarme mi hermana mayor y sin miramientos, ni remilgo alguno, espetarme que mi tía Driada se había suicidado tirándose a las vías del metro, una muerte atroz y brutal que NO merecía, tampoco tuvo reparos en decirme que mi abuela la había ingresado en un psiquátrico tildándola de loca peligrosa una semana antes, del que le soltaron al ver que mi abuela mentía, pues no era peligrosa para nadie más que si misma... y ya que estaba sola, nadie le necesitaba y no quería seguir sobreviviendo a un mundo que no le quería, optó por la decisión más drástica; se suicidó, total, nada le ataba ya a este mundo... la noticia me golpeó como una maza contundente, mi hermana parecía indolente, yo lloré y pedí en el trabajo un permiso para acudir al funeral y posterior esparcir sus cenizas por el cantábrico, pues así era su deseo... se me negó mostrarle mis respetos y mi abuela se aseguró de no respetar sus últimas voluntades y apremió a mis primas, las hijas que le habían abandonado, a dejar sus cenizas en el mausoleo familiar... desoyendo las últimas voluntades de mi tía e imponiendo, una vez más, su hegemonía...

Me sentí como una mierda, cuando yo necesité a mi tía, ella estuvo a mi vera, siendo un apoyo y ofrendándome un amor que a fecha de hoy nadie más en la familia me quiso dar, me hizo compañía cuando la depresión me tenía prese y se aseguró de apartar aciagos pensamientos de mi lado, asegurándose de mostrarme que alguien me apreciaba y quería... cuando ella me necesitó, ya que a nadie más tenía, no supe devolverle el gesto y le fallé, se había quedado sola y a la deriva como el viejo casco de un barco abandonado... murió pensando que NADIE le apreciaba o quería, que nadie le necesitaba, murió sintiéndose un fracaso y la parca se la llevó de la peor forma posible... murió porque nadie le ofreció una mano amorosa, pero también fue ASESINADA por mi abuela que le atacaba constantemente tildándola de loca, por sus hijas que la abandonaron por un sueño llamado DINERO, por mí que no supe devolverle un gesto que a mí me había salvado del abismo...

Mi tía no merecía esa muerte, mi tía no merecía creer que era inútil o que no merecía vivir, pero ya nada puedo hacer sino recordarla como la gran persona que fue y nadie quiso ver, tarde, pero alguien le muestra en la muerte el amor, respeto y recuerdo que nadie le mostró en vida...

algún día acudiré a aquel mausoleo maldito, recuperaré sus cenizas y cumpliré su última voluntad, porque se lo debo, porque NADIE le respetó en vida, ni respetó sus últimas voluntades en la muerte, honraré su memoria haciendo de sus últimas voluntades una realidad, tarde, sí, pero lo haré, porque se lo debo y porque fue la ÚNICA persona en mi familia en mostrarme amor y cariño.

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