domingo, 15 de enero de 2017

Plásmido neuronal

Hoy escribiré una de esas ralladuras en las que escribes lo que te pasa por la cabeza, una poesía, o algo, pero vamos, no esperarse nada coherente, porque no es l oque dictará esta entrada.


Sombras de quincalla iridiscente nacarada,
luces de alabastro opaco y sincero,
cicatrices violáceas argentinas remanentes,
miseria olvidada en desliz postrero.

Sospecha titilante de sombría certeza,
efímera y redundante pereza virtual,
procastinamiento azaroso de primavera estival,
pesadilla gutural de eneldo renegrido.

Herida letal de plumas enlatada,
voraz y simiesca neutralidad oval,
perentoria hacendosa mortandad,
virilidad fragmentada de ego inmolado.

Muerte anhelada de sinceridad eterna,
sonrisa gélida y fiel de otrora amor infiel,
pútrida halitosis de flores frescas de naranjo.

Vida inmisericorde y fútil de rosas infernales,
vacío vacuo y eterno de memoria quebradiza,
ortografía sibilina de cuadro enarbolante,
dicción traicionera de dislexia comprimida.

Infructuoso olvido de negligente despertar,
inmerecida y aciaga memoria disruptiva,
innegable odisea de escarcha frugal,
indestructible pensamiento ojival.

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